CaixaForum Madrid
Del 10 de octubre de 2012 al 5 de enero de 2013
Torres y rascacielos. De Babel a Dubái forma parte de una serie de exposiciones de la Obra Social ”la Caixa” que toman como punto de partida la arquitectura para examinar
algunas grandes cuestiones de historia cultural. Muestras como Construir la
revolución. Arte y arquitectura en Rusia 1915-1935, o los proyectos dedicados
a Andrea Palladio y Richard Rogers, pretenden ofrecer al visitante una visión
global que, más allá de la aproximación a estilos y periodos históricos
concretos, permite entender mejor la función de la arquitectura en el mundo
que nos rodea.
En esta ocasión, la Obra Social
”la Caixa” presenta Torres y rascacielos.
De Babel a Dubái, un nuevo proyecto
que explora la variedad de arquitecturas
que a través del tiempo han demostrado
el afán de las personas por lo
inaccesible, por su desmesura y por su
deseo de vencer todo límite material.
Este recorrido por la historia de la
construcción de torres y rascacielos se
realiza a partir de materiales muy
diversos, como pinturas, grabados, dibujos, maquetas, fotografías, entrevistas
filmadas y proyecciones. Son en total unas 200 piezas, con préstamos de
importantes museos de todo el mundo, entre ellos el Museo de Arte Moderno
de Nueva York, el Centro Pompidou y el Museo d’Orsay de París, el Museo del
Prado y el Museo de Bellas Artes de Bruselas, así como numerosos estudios
de arquitectura de algunos de los nombres protagonistas de los rascacielos
más altos construidos en los últimos años.
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Du Zhenjun. Winds, 2010. Fotomontaje |
El rascacielos es uno de los iconos de la modernidad. La imagen del
rascacielos se ha convertido en una respuesta interesante a la escasez de
espacio, no solo en las grandes ciudades de Occidente, sino en cualquier parte
del mundo. La adopción de las nuevas y más sofisticadas tecnologías abre un
campo para su renovación y da respuesta a nuevos problemas y a
sensibilidades más complejas. Altura, tecnología, sostenibilidad, creatividad y
carácter emblemático, y conciliación de la funcionalidad y el impacto estético
son cuestiones básicas y plenamente actuales.
Pero este afán humano por construir cada vez
más alto se remonta al mito de la Torre de
Babel, desde donde arranca la exposición. En
esta historia bíblica, los hombres desafiaban
las leyes naturales y el poder divino, y el mito
fue una fuente de inspiración para pintores
europeos desde el siglo XIII hasta el XIX.
Posteriormente, las catedrales de la Europa
cristiana, los minaretes de Oriente y las
atalayas civiles del norte europeo muestran
esta propensión humana a afrontar desafíos
imposibles y vencer las trabas materiales. Independientemente del contexto
—religioso o laico—, el objetivo siempre ha sido el mismo durante todos estos
siglos: rivalizar con un modelo, superarlo y ascender a las cotas más altas.
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Petronas Towers (1992-1998), Kuala Lumpur. Arquitecto: César Pelli & Associates. Foto: Cortesía de Corbis |
A partir del siglo XIX, los adelantos de la industria y la confianza en un
desarrollo incesante del progreso, ligados al cambio de escala de las ciudades,
aceleraron la experimentación en Occidente. Estados Unidos tomó las riendas
de estos nuevos desafíos y fue en Chicago, alrededor de 1880, donde se
erigieron los primeros rascacielos. Promotores, ingenieros, arquitectos y
empresas empezaron a disputarse la construcción de los rascacielos más altos,
y desde entonces Estados Unidos, asimilando siempre las influencias
procedentes de Europa, inspiró los modelos arquitectónicos en todo el mundo.
La escena norteamericana concentraría las edificaciones más innovadoras,
situándose hasta finales de la década de 1970 a la vanguardia de una flamante
modernidad.
A partir de los años noventa se produjo una ruptura que hizo que los
rascacielos se propagasen a otras latitudes del planeta. Estados Unidos dejó
de ser la única referencia arquitectónica en materia de innovación y perdió su
supremacía en la carrera por la altura. En Europa, el panorama español
proponía modelos novedosos en el sector. Así, en 2012 dos terceras partes de los grandes rascacielos de obra nueva están localizados en el Extremo y Medio
Oriente. El edificio más alto del mundo, la torre Burj Khalifa de Dubái, que
alcanza una altura de 828 metros, ilustra elocuentemente este hecho.
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